¿Eres una de las 100 millones de personas
que ha visto The Drill en alguna de las plataformas? El video de dos minutos y medio es una sátira "subversiva" con un desfile de protagonistas desde Trump a Putin pasando por Macron o Zuckerberg, haciendo verdaderas barbaridades. ¿Sus
creadores? Los Dor Brothers, un estudio indie que ha pasado del anonimato al estrellato digital con videos creados enteramente por inteligencia artificial.
El pasado 18 de julio, en un artículo en The New York Times, Stuart A. Thompson presentó un perfil mordaz de ellos. No tienen oficina en Hollywood: operan desde
Berlín. No es solo por pasión: más de 1 millón de dólares facturaron el año pasado, gracias a proyectos comerciales y consultorías para marcas cada vez más interesadas en la IA. No está mal para haber empezado a ofrecer sus servicios a través de Fiverr, plataforma de freelancers que se hizo famosa por sus trabajos a 5$.
Joe
Rogan, el podcaster más escuchado de la era Spotify, definió el fenómeno con un escueto “increíble”.
Rivalidades y contrastes
Mientras los Dor, con su ola de misterio - nadie sabe cuántos son realmente -, concentran su talento en sátiras con estética de "MTV de los 90", otros estudios han apostado por rutas más convencionales —pero igual de relevantes
para el sector audiovisual.
Recordarás que el pasado 1 de junio, Ucrania lanzó la Operación ‘Spiderweb’, un ataque coordinado de 117 drones FPV contra cinco bases aéreas rusas en el que fueron impactados 41 aviones. La operación fue recreada en el cortometraje Spiders in the Sky (subtítulos disponibles), de aproximadamente cinco minutos. Variety lo describió como “Misión: Imposible para las noticias”, por su tensión y ritmo cinematográfico.
En su reportaje para The New York Times, Stuart A. Thompson lo menciona junto con un spot publicitario para Toys"R"Us —también generado por inteligencia artificial, esta vez para público infantil— como ejemplo de
producciones que rivalizan con Hollywood.
Pero los Dor no se quedan atrás. En junio lanzaron AIdeología, un
cortometraje que satiriza a las empresas de IA mientras está totalmente producido por Inteligencia Artificial —un ejercicio casi poético de autofagia tecnológica que, con ironía deliberada, usa la misma tecnología que critica.
El look es distinto de The Drill y refleja una estrategia premeditada: usar la misma tecnología para exponer las dos caras de la moneda —sus contradicciones y su creatividad.
Etapa uno: Reciben briefing / idea en pocas palabras, o la generan.
Tormenta de ideas. Se sirven de IA generativa - tipo ChatGPT- para expandir
el brainstorming.
Selección de las ideas más potentes (como en el método creativo clásico).
Perfeccionamiento con apoyo de bots conversacionales.
Redacción de un prompt/guion para Runway o Veo 3 o similar.
Etapa dos:
Ejecución del prompt.
Generación de múltiples versiones visuales.
Selección de la mejor toma.
Ajustes finales.
Otras herramientas que utilizan
Midjourney: Para generar imágenes con estilo personalizado.
Pika Labs: Para animar imágenes estáticas.
Photoshop: Para retoques y limpieza visual.
ElevenLabs: Para narraciones con voz generada por IA.
Adobe Premiere: Para edición de video profesional.
Magnific AI: Para mejorar la calidad y nitidez de las imágenes.
La gran polémica (y la respuesta estética)
Mientras muchos artistas siguen denunciando que los generadores de IA producen “imitaciones baratas” basadas en plagios de obras protegidas, los
Dor ofrecen una defensa basada en los resultados prácticos de su trabajo creativo. Según afirman: “estas herramientas permiten una expresión pura, un puente directo entre idea y resultado final, prescindiendo de intermediarios costosos o limitaciones de producción.” Finalmente auguran: “Lo único que importará serán las ideas creativas, únicas, los creadores singulares… El resto será irrelevante.”
Basta ver cualquiera de sus alucinantes desfiles de
modelos distópicos o la propia AIdeologíapara darse cuenta de que algo así no se consigue panza arriba y dándole a un botón. El trabajo y la autoría exudan por cada plano.
La legitimación de la IA:
Lincoln Center y un jurado con peso
En junio de 2025, Runway celebró su tercer Festival de Cine IA en el prestigioso Lincoln Center. ¿Pero qué significado tiene eso? Veamos el subtexto:
El Lincoln Center se ha consolidado como un eje
institucional del audiovisual ortodoxo en EE. UU.: sede del New York Film Festival desde 1963, plataforma de estrenos norteamericanos y mundiales de autores canónicos (de Scorsese o Almodóvar a Varda o Bong Joon-ho) y espacio de curaduría rigurosa a través de retrospectivas y ciclos que recontextualizan cinematografías (de la dedicada a Carlos Saura en 2007 a la serie sobre cine popular mexicano
en 2024).
Y como si el lugar no bastara, un jurado veterano y heterogéneo para abarcar diversidad, suma aún más peso:
Harmony Korine, director de culto (Julien Donkey‑Boy, Spring Breakers).
Gaspar Noé, cineasta argentino
-considerado enfant terrible del cine europeo- (Enter The Void, Irreversible, Climax).
Jane Rosenthal, fundadora de Tribeca Enterprises (Festival de Tribeca).
Bruce Markoe, jefe de Post e Imagen en IMAX, ex-Marvel y Lucasfilm.
Brianna Domont, Vicepresidenta Senior de Efectos Visuales en
Lionsgate (John Wick, Los Juegos del Hambre).
Christina Lee Storm, de la Academia de Televisión de EE.UU., directora de innovación en ASHER XR.
Kia Brooks – Directora Adjunta del Gotham Film and Media Institute.
Richard Kerris, ex-CTO de Lucasfilm y VP en NVIDIA.
Debora Den Iseger, SVP de Contenido e Innovación en Monks Global Studios, ganadora de Emmys y Leones de Cannes.
No es un panel de influencers; son profesionales de peso real en la industria audiovisual internacional.
El propio
Cristóbal Valenzuela, CEO de Runway (chileno graduado de NYU Tisch), declaró: “Vendimos todas las entradas… J Balvin presentó un video hecho con Runway. Es natural tener miedo… pero importante entender qué se puede hacer con esto.”
IA y Mainstream
Por ahora, los vídeos de los Dor aún no compiten con películas de estudio.
Pero los cortos exaltan esa tensión entre experimentación y posible consumo masivo. Estamos en la antesala. Y la presencia en Lincoln Center confirma que esa ola IA está tocando al mainstream y a jurados con pedigrí en la industria. Solo queda saber a cuánto estamos del tsunami.
¿Quién escribe el futuro?
Para cualquier guionista, este fenómeno
tiene una lectura sencilla:
Desde la idea en grupo al prompt/guion final -es decir, el proceso de trabajo del texto- replica nuestra vieja lógica creativa. La única diferencia es que se sirven de IA para expandir las tormentas de ideas, multiplicar las alternativas y analizar/validar el trabajo final. La mente creativa con mirada y como timón siempre es necesaria.
Para el sector:
La iteración masiva abre caminos narrativos que antes quedaban en el tintero por límites logísticos o presupuestarios.
El apoyo de festivales y figuras reconocidas da peso a esa idea: la próxima frontera narrativa podría
escribirse con código y algoritmos, no solo con cámaras y escenarios.
Los hechos: En términos directos: la IA ya pinta, aunque nosotros pintemos o no para ella. Sin embargo, lo que pervive —y marcará la diferencia— es que detrás de cada pieza hay un creador manejando con sabiduría y gran nivel de
detalle.
La ola pre-tsunami ya está cerca. ¿Habrá que montarse a ella y empezar a hacer surf? Sea lo que sea, que la mirada autoral nunca falte.
Fuentes citadas:
Stuart A. Thompson, "How a Video Studio Embraced A.I. and Stormed the Internet", The New York Times, 18 de julio de
2025.
Festival Runway AI Film Festival, Lincoln Center, junio 2025; jurado y declaraciones de Cristóbal Valenzuela.
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